16.3.03

Entre el ambiente oscuro y bohemio de un lugar, donde el único fin es expresar tus sentimientos, a trabes de la música, la poesía, las caricias, los besos, etc… entre humo de cigarro, un café, una guitarra, luces de velas, música trova de fondo, simplemente olvide todo.

Olvide lo que me ha hecho sufrir, todo desapareció… no existía nada mas que lo que estaba en ese momento, no había un mundo afuera de ese lugar, todo era diferente, todo era como un feliz sueño de esos que jamás quieres despertar, solo seguir durmiendo para que nunca se termine, descubro que lo que siento en esos momentos no se comparan con toda la tristeza que hace que lloremos cuando nadie nos ve, toda ella unida no le pisa los talones a lo que siento, es algo mas grande y feliz que cualquier cosa, sentirte vivo de nuevo, es perfecto.

Aunque es un poco triste volver a la realidad de nuevo, esos momentos lo cambian todo y eso me vuelve la sonrisa a mi rostro.

Hace tiempos tengo abandonado a mi querido amigo Neruda. Vamos a poner algo para la ocasión.


PARA QUE TÙ ME OIGAS…

PARA que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas a mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo en mi guarida oscura.
Todo lo llenas tu, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas mas que tu a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
Para que tú me oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aun las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aun a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas suplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

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