26.2.10

El rock está en Costa Rica



Todo empezó con Iron Maiden, ahora el metal invade Costa Rica.

Recuerdo como me sentí cuando escuché la noticia "Iron Maiden en Costa Rica", fue la sensación de tener en suelo nacional a una banda ícono del rock mundial.

Pero las noticias de buenos conciertos en el país no ha parado en los últimos tres años.

Desde el 2008 hemos escuchado estas frases que me han hecho feliz:

Ahora ya es oficial, Guns n' Roses en Costa Rica, una de las bandas que más me han apasionado en los últimos años. Las noticias musicales no han parado y esta banda estadounidense se presentará el próximo 7 de abril en el Estadio Ricardo Saprissa, practicamente un mes después de salir de la emoción de Metallica.

También se mueve fuertemente la posibilidad de que se presente ese mismo mes la banda KoRn.

No hay más que decir que LARGA VIDA AL ROCK AND ROLL.

24.2.10

La presidente y la presidenta


Desde hace días, con la llegada de Laura Chinchilla a la presidencia de Costa Rica, vengo escuchando la disputa sobre si se debe decir "la presidente" o "la presidenta".

Acá no vengo a defender ninguna de las dos formas sino que quiero exponer la razón por la cual se busca decir de una u otra manera.

Este tema ha tomado un rumbo de género más allá de lo gramático y esto lo digo por dos razones: primero, la pelea entre el sufijo -nte (presidente, agente, combatiente) y los sarcasmos que se han dado con el sufijo -ista (periodista, dentista, accionista).

Estas dos terminaciones no están amarradas al género del sustantivo sino al adjetivo o verbo del que nacen.

Según Manuel Seco terminación -ista es el sufijo de sustantivos y adjetivos que pertenece a un oficio, profesión, escuela, partido como por ejemplo: marmolista, modista, sofista, comunista; y este sufijo vale tanto para el género masculino como para el femenino, pero esta norma tiene algunas excepciones dependiendo de la región; por ejemplo en España se dice "el modisto" en lugar de "el modista".

Respecto a la terminación -nte, que es de donde radica este problema, se explica que este es el sufijo proviene de los derivados verbales llamados participios de presente o adjetivos como por ejemplo: andante, pudiente, saliente; así como de otros adjetivos semejantes que no proceden de verbos como: comediante, rimbombante, vergonzante; y de nombres de empleo aplicados a la persona que lo ocupa, derivados especialmente de verbos de la primera y tercera conjugación: ayudante, almirante; escribiente, suplente o presidente.

Lo anterior sería la explicación teórica de dónde vienen esas palabras y por qué se utilizan de esa forma. Queda en evidencia que no es una cuestión de género.

¿Por qué entonces se dice "presidenta"?

Según la Real Academia Española (RAE) en el Diccionario Panhispánico de Dudas explica esto sobre la palabra "presidente":

Presidente. ‘Persona que preside algo’ y, en una república, ‘jefe del Estado’. Por su terminación, puede funcionar como común en cuanto al género (el/la presidente; → género2, 1a  y 3c): «La designación de la presidente interina logró aplacar la tensión»  (Clarín [Arg.] 10.2.97); pero el uso mayoritario ha consolidado el femenino específico presidenta: «Tatiana, la presidenta del Comité, no le dejaba el menor espacio» (ÁlvzGil Naufragios [Cuba 2002]).

Esto significa que la palabra "presidenta" ha sido acogida por la RAE por su uso común en los paises de habla hispana y no por una regla gramatical.

A muchas personas les gustará usar PRESIDENTA, y está bien, El lenguaje evoluciona, pero su uso no se debe defender en nombre del lenguaje inclusivo o el machismo en nuestro idioma, sino en su evolución, la cual no va de la mano con sus reglas sino por el uso que le damos, algo que también deben entender los que les parece horrible utilizar PRESIDENTA solo porque gramaticalmente no es correcto.

En lo personal, yo creo en lo que decía Julio Cortázar, que uno debe utilizar las palabras que le gusta y si quiero escribir la presidente o la presidenta es mi elección no una obligación.

Gracias a Rocío que me ayudó en este post.

1.2.10

De amnesias y nuestra responsabilidad al votar


En el libro 1984 de George Orwell, cuando un episodio histórico no estaba acorde con las ideas presentes del partido del Gran Hermano, el Ministerio de la Verdad recolectaba todas las publicaciones viejas, cambiaba los textos,  las reimprimí­an y repartí­an; de esta manera se iba cambiando el pasado, borrando muchos episodios importantes, y se lograba engañar al pueblo acerca de su pasado y su presente.

Por dicha nosotros no tenemos un Ministerio de la Verdad que manipule nuestra historia; pero sí­ existen muchas personas que poseen amnesia selectiva y olvidan lo que hicieron muchos polí­ticos a nuestro paí­s.

Sumergidos en la amnesia selectiva (que por mucho es colectiva), olvidamos todo lo que leí­mos en los periódicos, vimos en la televisión o la radio. Olvidamos que tal polí­tico fue acusado por "x" cosa, que otro se robó "x" cosa, que otro benefició a "x" empresa para lograr una licitación o que otro se favoreció a él mismo.

Es esta amnesia selectiva-colectiva que nos hace pensar que la polí­tica es casi como ser aficionado de Saprissa o la Liga y que nuestro voto se va por pasiones o por tradición familiar, y no por haber tenido sentido común, luego de haber analizado las mejores propuestas y la dirección que debe tomar el paí­s. Es una amnesia selectiva-colectiva que nos hace creer en cualquier comentario o anuncio que escuchamos.

Debemos tomar conciencia sobre nuestra responsabilidad como electores de la próxima persona que se encargará de guiar a nuestro paí­s. Por esta razón debemos leer, analizar, pensar y no dejarnos llevar por pasiones, pero sobre todo debemos recordar lo que realmente hicieron o dejaron de hacer los candidatos, para así­ no llegar a esa amnesia selectiva-colectiva en la que caemos cada cuatro años.